Regulación de la Importación de Residuos No Peligrosos en Marruecos

 Regulación de la Importación de Residuos No Peligrosos en Marruecos

La importación de residuos no peligrosos está estrictamente regulada por la Convención de Basilea sobre el Control de los Movimientos Transfronterizos de Residuos Peligrosos y su Eliminación, ratificada por Marruecos, y se rige por las leyes y reglamentos vigentes, según indicó el Ministerio de Transición Energética y Desarrollo Sostenible.

En un comunicado, el ministerio recordó que Marruecos ratificó la Convención de Basilea, publicada en el Boletín Oficial n°4892 el 19 de abril de 2001, a través del Dahir n°92-96-1. La gestión de residuos está regulada por la Ley n°28-00 y sus decretos de aplicación, en particular el Decreto n°587-17-2, que especifica las condiciones para la importación, exportación y transporte de residuos. El ministerio enfatizó la importancia de presentar un expediente completo para cualquier solicitud de importación, que incluya análisis físicos y químicos y fichas técnicas de los residuos implicados.

En respuesta a la información incorrecta y a las críticas difundidas en los medios de comunicación y las redes sociales, el ministerio aclaró que el comercio internacional de residuos no peligrosos es una industria competitiva, especialmente con el desarrollo del reciclaje y la economía circular. Marruecos, como participante de este mercado global, importa residuos plásticos, ferrosos y neumáticos usados para reciclarlos y reutilizarlos como materias primas en los sectores industriales y energéticos.

Desde 2016, se han emitido 416 autorizaciones a empresas marroquíes para la importación de residuos no peligrosos. Marruecos favorece las importaciones de países europeos, asegurando materias primas de alta calidad al tiempo que minimiza los riesgos ambientales y sanitarios.

El proceso de autorización es riguroso, implicando una evaluación exhaustiva de las necesidades de las industrias nacionales y la viabilidad económica de los residuos importados. Este proceso también requiere tecnologías avanzadas para controlar las emisiones durante el reciclaje, asegurando así la preservación de la calidad del aire y la protección de la salud pública.

Económica y socialmente, la importación y el aprovechamiento de residuos no peligrosos son clave para la transición hacia una economía verde y circular. Estas actividades contribuyen a la creación de empleo y la reducción de los costos energéticos, al tiempo que apoyan el desarrollo industrial sostenible. Para 2030, estos esfuerzos podrían generar hasta 60.000 empleos y reducir la dependencia energética mediante la sustitución de combustibles fósiles.

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