En su último informe al Consejo de Seguridad sobre el Sáhara marroquí, el Secretario General de la ONU, António Guterres, expresó su pesar por las dificultades para avanzar en el proceso político facilitado por su enviado personal.
El informe destaca que el enviado personal llevó a cabo consultas bilaterales informales con varias partes, pero no logró relanzar el proceso político para avanzar hacia una solución pacífica y duradera al conflicto regional sobre el Sáhara marroquí.
Este estancamiento se debe principalmente a la negativa de Argelia a asumir su responsabilidad y su papel como parte clave en este conflicto. El informe señala que el ministro de Relaciones Exteriores de Argelia, Ahmed Attaf, reiteró durante reuniones con el enviado personal en febrero y abril de 2024 que su país « no es parte » del conflicto.
La falta de participación activa de Argelia complica el proceso político y retrasa los esfuerzos por encontrar una solución justa y pacífica, perpetuando el statu quo.
Por su parte, Marruecos reafirmó su disposición a reanudar el proceso de mesas redondas, que considera una oportunidad para promover el diálogo.
El informe menciona una reunión del 4 de abril de 2024 en Rabat entre el enviado personal y el ministro de Relaciones Exteriores de Marruecos, Nasser Bourita, en la que Marruecos reiteró su compromiso de fortalecer el apoyo internacional a su iniciativa de autonomía, la cual considera la única solución viable.
Guterres también señaló que el enviado personal mantuvo reuniones con altos funcionarios de Estados Unidos, España, Sudáfrica, Rusia, el Reino Unido, Francia y Alemania, quienes reafirmaron su apoyo a los esfuerzos de la ONU para facilitar una solución política al conflicto.
El informe concluye subrayando la importancia de continuar los esfuerzos diplomáticos y destacando el papel crucial del apoyo de la comunidad internacional para lograr una solución pacífica y duradera.