Argelia en Búsqueda de un Chivo Expiatorio: Marruecos Nuevamente Acusado

El régimen argelino parece incapaz de funcionar sin un enemigo imaginario, necesitando constantemente un pretexto para justificar sus fracasos repetidos. Esta vez, no se trata de la economía ni de la situación social, sino del agua, un recurso vital que evidencia la incapacidad del Estado para gestionarlo de manera eficiente. Así, Marruecos vuelve a ser el acusado ideal.
Desde hace años, Argelia enfrenta una crisis hídrica creciente. Sin embargo, en lugar de buscar soluciones científicas y de desarrollo, el régimen opta por eludir su responsabilidad, acusando a Marruecos de ser la causa de la escasez de agua en Béchar, ¡como si Rabat tuviera el poder de controlar las lluvias o la geografía de la región!
Desde la inauguración de la presa « Koudiat Asserdoun » en 2021, Argelia ha promovido la idea de que Marruecos « le corta el agua ». No obstante, la realidad revela un problema más profundo: la mala planificación. Una presa no puede ser efectiva sin una estrategia clara de gestión de recursos ni programas eficientes de desalinización o reciclaje.
En cuanto a la « presa de Jorf Torba », cuyo descenso del nivel de agua preocupa a Argelia, el problema real radica en la evaporación excesiva causada por las altas temperaturas y la falta de lluvias, factores naturales que no tienen relación alguna con Marruecos pero que el régimen argelino convierte en una « conspiración externa ».
La escasez de agua en Argelia no es un problema reciente, sino el resultado de años de negligencia y la falta de políticas claras de gestión de recursos hídricos. En lugar de invertir en soluciones prácticas, como plantas desalinizadoras o una mejor gestión de los acuíferos, el gobierno argelino sigue fabricando acusaciones infundadas.
Mientras tanto, Marruecos adopta una estrategia visionaria en la gestión del agua, con más de 154 presas en funcionamiento, 20 en construcción y grandes inversiones en plantas de desalinización para abastecer a las principales ciudades. Mientras Argelia sigue atrapada en teorías conspirativas, Marruecos avanza con soluciones concretas.
¿Hasta cuándo continuará este discurso acusador del régimen argelino?