SM el Rey dirige un mensaje a los participantes en el Simposio Internacional organizado con motivo del 75º aniversario de la Declaración Universal de los Derechos Humanos

 SM el Rey dirige un mensaje a los participantes en el Simposio Internacional organizado con motivo del 75º aniversario de la Declaración Universal de los Derechos Humanos
Su Majestad el Rey Mohammed VI, que Dios le asista, dirigió un mensaje a los participantes en el Simposio internacional organizado en Rabat con motivo del 75º aniversario de la Declaración Universal de los Derechos Humanos, sobre el tema « 30 compromisos para la dignidad humana: ¿Está inacabado el ideal humanista universal? ».

He aquí el texto íntegro del Mensaje Real, leído por la presidenta del Consejo Nacional de Derechos Humanos (CNDH), Amina Bouayach.

Señoras y Señores,

         En primer lugar, queremos dar la bienvenida a los participantes en este coloquio internacional que se celebra en la ciudad de Rabat, capital del Reino de Marruecos, con ocasión del septuagésimo quinto aniversario de la adopción de la Declaración Universal de Derechos humanos por la Asamblea General de las Naciones Unidas.

         La conmemoración llevada a cabo en Marruecos, como en el resto de los países del globo, de este destacado y decisivo acontecimiento internacional en la historia de la humanidad, es una confirmación del enorme interés y el permanente empeño con que nos dedicamos a las cuestiones relativas a los derechos humanos en nuestro país, en todas sus dimensiones y manifestaciones, tanto culturales como prácticas.

         En este sentido, queremos expresar nuestro aprecio por la celebración de este coloquio, a invitación del Consejo Nacional de Derechos Humanos, en conmemoración de esta Declaración Universal y de sus principios y decisiones a favor de la protección de los derechos y libertades, así como de los arraigados valores universales y derechos inherentes al ser humano. Esta carta fundacional sigue constituyendo una referencia universal para lograr las aspiraciones de los pueblos a la libertad, la dignidad y la igualdad, así como para vivir en seguridad y estabilidad.

         La deliberación intelectual y el debate serio y profundo, emanados de múltiples corrientes y afiliaciones, en medio de interrogantes fundamentales, que inevitablemente caracterizarán este importante encuentro, contribuirán a cristalizar percepciones y respuestas para renovar el compromiso con los derechos humanos, en el seno de una interacción con el trabajo multilateral.

Señoras y Señores,

         La importancia que reviste vuestro coloquio de hoy, viene impuesta por la urgente necesidad de recordar una vez más, la necesaria renovación del compromiso global de proteger los derechos individuales y colectivos, especialmente de aquellos que viven situaciones precarias. Tal necesidad viene dictada, sobre todo, en consideración de las sucesivas tensiones y repetidas violaciones a las que el mundo está asistiendo, ya que son incompatibles con los principios e ideales que fundamentan la Declaración.

         Esta conmemoración es también una ocasión para examinar los logros conseguidos en este dominio, así como las deficiencias y disfunciones que han empañado el proceso de defensa de sus logros, y con el fin de revelar los desafíos que aún se interponen en el camino de la comunidad internacional para promover de manera integral todas las cuestiones de los derechos humanos.

         A la luz de estos desafíos, Marruecos ha optado por seguir su propio camino en materia de derechos humanos, que ha conocido y sigue conociendo una evolución notable, marcando las experiencias internacionales en este ámbito.

         El compromiso del Reino de Marruecos con la promoción de los derechos humanos en el ámbito nacional, no sólo se ha limitado a su consagración constitucional, sino que se ha convertido en un pilar de las políticas públicas y un importante elemento determinante de sus opciones estratégicas, incluidas las económicas, sociales, culturales y ambientales.

         Nuestro firme compromiso con la defensa y consagración de estos derechos, sólo puede ser igualado por nuestro sólido empeño de continuar arraigando y fortaleciendo el estado de derecho y consolidación de las instituciones, en tanto que opción voluntarista y soberana, fortaleciendo el equilibrio de estos logros, paralelamente con la interacción continua y positiva con las cuestiones emergentes de derechos humanos, tanto a nivel nacional como dentro del sistema internacional de derechos humanos.

         Sin embargo, a pesar de lo realizado en este ámbito y de lo que queda por completar, la importancia que ello reviste y la seriedad que requiere, nos exige a todos un mayor compromiso a fin de alcanzar inmediatamente lo que apremia y anticiparnos a lo que se podrá realizar en el futuro, en el marco de las especificidades y valores constantes nacionales. Asimismo, habrá que comprender que todos estos derechos políticos y civiles, no podrán alcanzar sus dimensiones tangibles, a menos que se integren con la promoción de los derechos económicos, sociales, culturales y ambientales.

         Sobre esta base, Marruecos ha procedido, desde hace tiempo, al lanzamiento de una nueva fase de reformas estructurales, que Hemos dotado de prioridad en nuestras políticas públicas, como es el caso de la obra de generalización de la cobertura sanitaria, la protección social y el apoyo a las categorías vulnerables, en tanto que proyecto societal que garantiza un acceso efectivo a los servicios sociales y sanitarios, fortaleciendo los pilares del sistema nacional de solidaridad.

         Asimismo, Hemos llamado a lanzar amplias consultas sociales, con el fin de revisar el Código de la Familia, tras dos décadas de su establecimiento, del modo que sean salvaguardados los derechos de la mujer y del niño, así como garantizados los intereses de la familia, en tanto que núcleo de la sociedad, fundándose en los valores y principios de la justicia, igualdad, solidaridad y armonía, emanados de nuestra religión islámica, aplicando igualmente el constructivo esfuerzo interpretativo, para adaptarlos a los progresos que conocen los derechos humanos y a los valores universales en la materia.

Señoras y Señores,

         El mundo ha conocido múltiples problemáticas relacionadas con la universalidad, como puede ser la multiplicidad de posiciones con respecto a las especificidades y culturas de cada país, dentro de la universalidad de los derechos humanos. Las opiniones y debates internacionales han conducido a la valoración del multiculturalismo, como un derecho humano inherente al mismo, ya que la especificidad no puede obstaculizar el disfrute de los derechos básicos.

         Desde esta perspectiva, y tomando como base las disposiciones de la Declaración Universal de Derechos Humanos, la comunidad internacional ha conseguido elaborar acuerdos y protocolos, algunos vinculantes y otros no, en un esfuerzo por encontrar un terreno común universal que impida la reproducción de las tragedias bélicas y discordias, así como de las distintas formas de agresión y desplazamientos.

         Sin embargo, toda solución a los actuales desafíos transfronterizos, no podrá ser implementada sobre el terreno sin una contribución efectiva de los países del Sur en la formulación de unas concepciones consistentes en la implementación de los principios previstos en la Declaración Universal de Derechos Humanos, los artículos de los dos Pactos Internacionales, o los acuerdos internacionales en la materia, a fin de llevar a la práctica los derechos y proponer las mejores prácticas susceptibles de conducir a soluciones creativas para garantizar la efectividad de los derechos humanos. He aquí lo que el Reino de Marruecos sigue reafirmando en el seno de lo que defiende y propone, ya sea en el marco de sus esfuerzos por resolver los conflictos o por renovar las vías de cooperación y solidaridad, con el fin de restablecer la seguridad, la paz y la estabilidad.

         Vuestra respetable reunión, que en el día de hoy celebra el 75º aniversario de la Declaración Universal de Derechos Humanos, en medio de tensiones y riesgos que afectan la seguridad, la estabilidad y la prosperidad de los pueblos, constituye una ocasión propicia para llamar la atención sobre el hecho de que la comunidad internacional no ha logrado aún garantizar la implementación de todos los principios de esta Declaración, existiendo una apremiante necesidad de continuar pensando en las vías más efectivas para aplicarla.

         Dios guíe vuestros esfuerzos y corone con éxito vuestros trabajos.

Wassalamou alaikoum warahmatoullahi wabarakatouh ».

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